El halo de las mil y una noches rodea Muharraq, la antigua capital de Bahréin. Al pasear por las callejuelas de este lugar tan genuino descubrirá un antiguo castillo y una antigua mezquita con un minarete de barro. Las casas tradicionales están protegidas por unas hermosas puertas y disponen de unos atrapavientos que ululan con la brisa. Acuda a las nostálgicas tiendas de dulces y teterías, donde los habitantes de Bahréin se relajan fumando una pipa, vestidos con sus ropas tradicionales, las dishdashas.
En la actualidad, Bahréin es un centro de negocios próspero, con una ubicación estratégica. Sin embargo, antes de que se encontraran los yacimientos de petróleo, fue una isla solitaria y tranquila. Sus gentes se ganaban la vida buscando perlas, fabricando productos artesanales y pescando. Si cruza el puente que separa Manama, su moderna capital, y Muharraq, retrocederá en el tiempo. Durante las últimas décadas, se han reformado muchas de las casas árabes tradicionales, transformándose en museos, centros culturales y hoteles-boutique. Observe tres de los principales atractivos de Muharraq.