Arrecifes de coral, restos de naufragios y mantas: el mundo submarino de Bali es uno de los más bellos del mundo. Cuevas idílicas con playas de arena blanca y aguas cristalinas enclavadas entre altos acantilados. Existen lugares tranquilos sin apenas corrientes donde los principiantes del buceo y del esnórquel pueden admirar a su aire los peces, las tortugas y el coral. Los buceadores más experimentados pueden disfrutar de incursiones realmente emocionantes para contemplar los restos de naufragios reales.
Bali está situado en el Triángulo de Coral, también conocido como el Amazonas de los mares debido a su enorme tamaño y a la abundancia de animales y plantas. Hay docenas de lugares alrededor de la isla donde sentirá que está participando en un colorido documental sobre la naturaleza en el instante en que sumerja la cabeza en las aguas. Los sobrecogedores paisajes acuáticos resultan fascinantes, tanto para los que practican buceo o esnórquel por primera vez como para los más experimentados.
Los imponentes arrecifes coralinos y los numerosos peces que pueblan los islotes de Nusa Penida y Nusa Lembongan, al sureste de Bali, los convierten en populares destinos para practicar buceo y esnórquel. De julio a noviembre puede admirar el pez de San Pedro, un ejemplar muy poco común. Un poco más al sur, y de más difícil acceso debido a las olas, encontramos una zona donde pueden contemplarse espectaculares mantas gigantes. Estas mantas poseen unas aletas de hasta 7 metros de envergadura, tan potentes que les permiten saltar fuera del agua. Más que aletas parece que tuvieran alas.
Un poco más al norte está la Laguna Azul, fuera del puerto de Padang Bai, donde salen los ferris para Lombok. Es un lugar de buceo perfecto para aquellos principiantes que no temen encontrarse con una tortuga, un pez murciélago, una raya tongol o un tiburón. Si quiere vivir una experiencia única, realice una excursión nocturna para observar una bailarina española, una extraña babosa de mar rojo y brillante. A los buceadores más experimentados les encanta descubrir la isla de Gili Tepekong, más alejada, con arrecifes inclinados y paredes verticales.