Quito, la capital de Ecuador, tiene el casco histórico mejor conservado de Latinoamérica. Desde que la ciudad surgió de entre los picos de Los Andes en el siglo XVI, ha sido víctima de numerosos terremotos. A pesar de todo ello, el centro aún conserva 130 edificios históricos, repartidos en 300 manzanas. Es un lugar fascinante, que merece la pena descubrir.
En 1978, la UNESCO declaró el centro de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. El casco histórico se encuentra a unos 2850 metros de altura, y abarca unos 3,75 kilómetros cuadrados. En su interior paseará por callejuelas y plazas de piedra volcánica, así como entre conventos tranquilos, edificios elegantes con fachadas blancas y límpidas, e iglesias de estilo barroco y gótico repletas de oro. Sin embargo, el centro histórico es mucho más que un museo al aire libre. Es el corazón de la ciudad, en donde puede descubrir y disfrutar de la vida local, de día y de noche.