Se ha convertido en la fórmula del éxito: acoger un evento importante o hacer un encargo a un arquitecto de talla internacional y ¡listo! Una ciudad totalmente olvidaba renace. Sucedió con Lisboa, Barcelona y Bilbao y ahora le tocaba a la capital de la Costa del Azahar. Y la fórmula volvió a funcionar: la Ciudad de las Artes y las Ciencias se ha convertido en la principal atracción de Valencia.
Por extraño que parezca, un desastre natural fue el precursor del renacimiento de la ciudad. En 1957, el clima soleado gracias al que la costa valenciana se había hecho famosa dio paso a una diabólica tormenta: una extraña combinación de elementos meteorológicos provocó una lluvia ininterrumpida durante 13 días seguidos. El río Turia, que solía discurrir sin problemas por la ciudad, se convirtió en una enfurecida masa de agua. Las inundaciones destruyeron los hogares de 10.000 valencianos, causaron 400 víctimas y destruyeron la ciudad.
“Los edificios parecen haber descendido a la tierra como si fuesen OVNIS.”