Parece difícil de creer pero la Alte Oper, uno de los edificios más impresionantes de Fráncfort del Meno, casi no sobrevive a la Segunda Guerra Mundial. Un ataque aéreo del ejército aliado dejó el edificio de 1880 en ruinas. Las compañías de ópera de la ciudad ya habían encontrado otro lugar para sus representaciones.
Carmina Burana, una obra musical que conmueve la imaginación de las personas en todo el mundo, fue representada por primera vez por Carl Orff en la Alte Oper en Fráncfort en 1937. Fue también casi uno de los últimos estrenos en el edificio neorrenacentista ya que fue destruida casi en su totalidad en 1944. Pero los ciudadanos se lanzaron a salvarla y recaudaron quince millones de marcos alemanes para reconstruir el edificio. En la actualidad, en la Alte Oper se celebran festivales, conciertos y conferencias.
“La Alte Oper es el majestuoso punto de encuentro de los amantes de la cultura de todo Fráncfort y alrededores”