Uno de los principales destinos de Berlín, el Reichstag, está abierto al público y es gratuito. Durante muchos años, este monumental edificio no se empleó con el objetivo para el que se construyó. Sin embargo, desde la reunificación alemana, volvió a ser la sede del parlamento. Tras una profunda restauración llevada a cabo por el arquitecto Norman Foster, la famosa cúpula de cristal ofrece una impresionante vista completa de la ciudad. Una columna de espejos proyecta luz en la sala de plenos.
Cuando se volvió a abrir el Reichstag en 1999, el diseño de su cúpula de cristal de 8.000 toneladas y un diámetro de 40 metros fue bastante polémico. Foster recreó la cúpula original, destruida en un incendio en 1933, en cristal, como símbolo de la transparencia de la democracia. A través de esta cúpula, puede verse la sala de plenos. Actualmente, los alemanes pueden ver de cerca a sus representantes electos. Ya no se puede recorrer el edificio, pero el Reichstag acoge aproximadamente 10.000 visitantes al día.
“Marinus van der Lubbe, comunista holandés, fue condenado por incendiar el Reichstag”