Barcelona, París y Viena son famosas por sus elegantes y magníficos cafés, donde antaño los intelectuales se reunían para debatir las obras literarias y los asuntos de actualidad con un buen vaso de vino. Madrid también tiene bastantes cafés literarios y algunos de ellos han superado la prueba del tiempo con mucho éxito.
Ernest Hemingway describió el Café Gijón como "un lugar limpio y bien iluminado", el premio Nobel Camilo José Cela visitó el Café Comercial para deleitarse con un chocolate con churros, y en el Café de Oriente Salvador Dalí hizo un retrato de Federico García Lorca en tinta china. Lo que estos cafés tienen en común son las tertulias: reuniones informales donde la élite se reúne para leer y debatir poesía. En la actualidad, la gente acude allí para tomarse una buena taza de café o comer. De vez en cuando los cafés “sirven” alguna tertulia.