El museo Guggenheim de Frank Gehry ha vuelto a poner a Bilbao con fuerza en el mapa. Inaugurado en 1997, el complejo futurista brilla majestuosamente bajo el sol. Todos los años, la obra maestra de Gehry atrae a decenas de miles de visitantes a la ciudad vasca.
Los locales llaman a la ciudad El Botxo, "el agujero", un sobrenombre que era muy apropiado antes de su renacer. Bilbao solía ser una ciudad industrial lúgubre a orillas del contaminado río Nervión. El arquitecto Frank Gehry se subió a un avión, escaló una montaña, miró sobre Bilbao y se dio cuenta de que las cosas no estaban bien. Compró un cargamento de titanio a buen precio y construyó uno de los edificios más famoso del mundo.
“"Puppy", un enorme escultura de un perro del rey del kitsch Jeff Koons, protege la entrada”